Hace unas semanas atrás, el ejecutivo dio a conocer las políticas económicas para estimular la estancada economía, gastando los ahorros e incentivando el consumo en momentos en que se está produciendo una crisis mundial peor que muchas anteriores, lo que podría ser contraproducente.
Este año el país crecerá quizás en un 2 por ciento lo que generara menos empleo y mayor pobreza. Por eso, el principal objetivo del gobierno debería ser el empleo, promoviendo medidas estructurales como la flexibilidad laboral y una preocupación hacia la sufrida clase media que no recibe subsidio alguno.
Por otra parte, el ejecutivo ha dado énfasis al derecho a voto de los chilenos residentes en el exterior, lo que es muy complejo en registro y control, priorizando nuevamente un tema político a las situaciones que afectan al país y a su gente.
La ineficacia, ineficiencia, inoperancia y la falta de control es evidente cada día, una irregularidad diaria en el aparato estatal, cero problemas resuelto y más comisiones
Chile y los chilenos necesitan un cambio, no más de lo mismo.
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