El gobierno repite la propuesta de un gasto fiscal expansivo en un 8.9%. El crecimiento del gasto publico es poco prudente ya que la crisis financiera internacional otorga una voz de alerta respecto a la capacidad de crecimiento del país a largo plazo y además traerá presiones inflacionarias que pueden provocar una menor inversión privada y efectos negativos sobre los niveles de empleo que hoy afecta directamente a los jefes de hogar y a los jóvenes.
El aumento del gasto social no tendrá un efecto positivo por el desconocimiento del impacto-beneficio en los programas a cargo de múltiples reparticiones publicas que deben urgentemente fiscalizarse y evaluarse porque cada día y por casualidad se descubren nuevos fraudes, robos y malversaciones.
El ejecutivo tiene aun pendiente medidas que contribuirían a mejorar el crecimiento económico, como por ejemplo la rebaja de impuestos, IVA, la eliminación de impuesto de Timbres, Estampillas, la flexibilidad laboral entre muchas otras.
